“LA PULSION, UNA PARTICULARIDAD DEL SER HUMANO. Cap IV.- Tres Antítesis del Amor"

El cambio de una pulsión en su contraria también se vislumbra en la polaridad amor-odio, que se encuentra orientada a un solo objeto y que produce ambivalencia. 

En el caso del amor, se produce una complejidad mayor a lo desarrollado anteriormente, ya que no se trataría de una pulsión parcial, tampoco de una tendencia sexual total ni solo de una relación de polaridad. 

En el amor se dan tres antítesis: amar-odiar, amar - ser amado, amorodio-indiferencia. Solo en la segunda se puede establecer una transformación de actividad-pasividad, propiamente tal: amarse a sí mismo y, según qué objetos y sujetos se vayan desplazando por otros, resultará el fin activo de "amar" o pasivo de "ser amado".

En el estado psíquico originario, el Yo es catectizado por la pulsión, produciéndole satisfacción a sí mismo. Este es un estado de narcisismo, de satisfacción autoerótica, de indiferencia y de exclusión de todo objeto externo. Esta sería la primera relación antitética del amor.

Posteriormente, debido a las pulsiones de conservación, el organismo empieza a recibir estímulos externos y a sentir como displacenteros los estímulos internos. A partir de este momento, se realiza un movimiento determinado por el principio de placer: el organismo acoge objetos que son fuentes de placer, los introyecta; al mismo tiempo, aleja, expulsa, lo que le produce displacer. Esto último va quedando como "resto". Desde aquí, se empieza a distinguir lo interior de lo exterior y a constituir un Yo-Realidad.

Cuando el Yo aleja lo que le produce displacer y separa lo que percibe como hostil, se instala la fase del narcisismo primario y alcanza su desarrollo la segunda antítesis del amor: el ODIO. 

Posteriormente, se realiza un tránsito desde el estado narcisista hacia el objetal, es decir, de la polaridad placer-displacer a las relaciones Yo-Objeto.

Viene de: “LA PULSION, UNA PARTICULARIDAD DEL SER HUMANO
                Cap III.- Movimientos y Combinatorias de la Pulsión"

Continúa en: “LA PULSION, UNA PARTICULARIDAD DEL SER HUMANO
                     Cap IV.- La pulsión NO ama al objeto, es el Yo el que ama"





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